Postal a una educadora de museo amiga
Enclavada. Así me siento después de salir del museo del clavo en Jokioinen. El museo es nada más que un cuarto lleno de clavos y fichas de trabajadores de una fábrica desaparecida, pero alcanzó para querer quedarme para siempre.
¿Yo acá? Sí, me quedo como directora del museo. Compro la casa que rodea al cuarto y tiro las paredes y armo pasillos y pinto y cuelgo carteles. La gente del pueblo se pregunta que hace esta loca, pero a los pocos días y sin preguntar se ponen todos a trabajar conmigo. El lugar se llena de nombres y usamos clavos para que los "quienes somos" cuelguen como objetos del museo... Kati, María, Anne, Pirjo, Marjo, Mercedes, Kari, Esa, Tarja, Joachim, Cyd, Meri, Marja Lisja, Parvin, Rocío, Hulla, Perte, Hannele, Kristina, Asta, Niklas...vidas de ahí y de todos lados del mundo que conviven en una sola pared. Y yo me quedo contenta de mi decisión porque nada mejor que un museo del clavo para juntar lo imposible y sentir que se puede ser liviano siempre que se tenga un buen sostén.
Un beso desde mi realidad que no tiene más remedio que descolgarse de este lugar y tener fecha de vuelta.
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| Composición a partir de el libro "Emigrantes" de Shaun Taun |
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| El museo por adentro |
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| La casa que me voy a comprar porque ahí está "la sala" del museo |
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| El mapa del lugar |
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