8/10/10

"Yo estuve ahí"

Cuando hace unos años estuve en el Museo del Holocausto de Argentina asistiendo a una visita que habían preparado para educadores de Museos de Ciencias Sociales me sorprendió que nos acompañara a lo largo de todo el recorrido uno de los sobrevivientes que vive en nuestro país. Mientras se narraban hechos cronológicos, el hombre iba agregando anécdotas vividas por él. Su voz era la de alguien que "había estado ahí"... Alguien que era testigo con su cuerpo y emociones del horror. Hacíamos un silencio más profundo cuando hablaba y parecía que a través de sus ojos podíamos ver el reflejo de ese mundo de barracas, frío y lleno de gritos callados.

La voz en primera daba cuenta de escenas que no habían sido leídas en ningún libro sino que pertenecían a su memoria. Las palabras aparecían a modo de texto secuencial si se trataba de una anécdota y desordenadas si hablaba de cómo se sentía o describía algún espacio. Eran como pequeños cuadros escénicos que aparecían sin orden prefijado con la fuerza de documental y la potencia del cara a cara. La narración tenía una intensidad distinta a un cuent
o ficcional y estaba plagado de particularidades propias de la experiencia personal. Su microhistoria estaba construida a partir de detalles que para él eran importantes y daban un color distinto a la historia que contaba la guía.

Uno de los relatos que más me llamó la atención fue cuando contó la manera que él había inventado para comer más de una ración. El ardid consistía en que había conseguido un plato de alguien que había muerto y cada día hacía la fila dos veces. Esto conllevaba un riesgo altísimo de ser descubierto, pero él había conservado esta estrategia hasta el final. Contó la anécdota riéndose. Debo decir que no me esperaba poder escuchar algo así, de hecho hasta me sentí incómoda de que en medio de todo ese escenario se le ocurriera contar ese momento como algo gracioso. Sin embargo es una de las imágenes más fuertes que me quedaron de ese día... Uniendo esto con algunos dichos de Víctor Frankl (sobreviviente también de los campos de concentración nazi) supongo que el destello que hizo que no me olvidara de ese relato no fue la incomodidad de ese primer momento, sino darme cuenta de su capacidad para distanciarse de la mirada despectiva del otro y poder hacer uso de la astucia. A veces pienso que en su actitud hubo algo de Lazarillo de Tormes capaz de vencer a su ciego amo a través de sus tramoyas. Ese hombre había sido capaz de ganar...

Para seguir pensando
Muy pocas veces es posible tener testimonios directos en las visitas, en alguna inauguración se escucha a veces al artista o a alguien que donó una pieza, pero no es una actividad sencilla de sostener en el tiempo...
¿Qué relatos anecdóticos de la propia vida pueden iluminar un recorrido? Son relatos de una pregnancia muy fuerte, pero elegir el adecuado es el desafío...


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